Conoce el motivo por el que las dietas no funcionan
Todos hemos estado en esta situación alguna vez: nos proponemos bajar unos kilos y nos hablan de una dieta que funciona a las mil maravillas y rápidamente la empezamos.
“Mañana empiezo la dieta”
Esta frase la hemos oído muchas veces, pero la verdad es que pocas veces hemos visto resultado. Siempre hemos pensado que este “fracaso” se debe a que no la hemos hecho correctamente o no hemos tenido la suficiente fuerza de voluntad.
Pero la realidad es que no es culpa de tu fuerza de voluntad, sino de que las dietas no están hechas para que pierdas peso de manera saludable y sin efecto rebote.
Cada vez está más generalizada la idea de que la pérdida de peso tiene que ser de manera gradual, saludable y sin efecto rebote. Como consecuencia, nos ponemos a buscar dietas que cumplan con estos requisitos y te adelanto ya algo para ahorrarte tiempo… No existe.
Digamos que la palabra “dieta” es todo lo contrario a saludable. Esto es debido a que todas las dietas, sin excepción, afectan directamente a nuestro rendimiento y provoca alteraciones en el metabolismo. Estas consecuencias, sobre todo, se sufren con el paso del tiempo, pues está demostrado que las mujeres que han hecho dietas entre los 16 y los 35 años, tienen muchos más problemas a nivel metabólico una vez pasados los 40.
A continuación te cuento los 8 mitos sobre las dietas y las diferentes técnicas para perder peso que no sabías y que explican lo que te estoy contando:
- Por qué las dietas no son saludables y tiene consecuencias negativas a corto y largo plazo.
- Por qué el motivo por el que no tenemos resultado no es nuestra falta de fuerza de voluntad.
Asique si quieres conocer estos 8 mitos, sigue leyendo, porque después de hacerlo vas a comprender muchas cosas que antes no entendías sobre las dietas y el ejercicio para perder peso.
1. Hacer ejercicio quema calorías
El primer mito que vamos a desvelar es el de que haciendo ejercicio se queman grasas.
No es cierto.
Cuando hacemos ejercicio estamos moviendo el cuerpo y estamos respirando, pero no estamos quemando calorías. Sin embargo, se sabe ya que es la respiración la que quema calorías. El hecho de que haciendo ejercicio se respira más rápido, es lo que ha llevado a pensar durante muchos años que era hacer ese ejercicio lo que quemaba calorías.
Lo han demostrado en sus últimos estudios la Universidad de Stanford y el British Medical Journal. En ellos se demuestra que el 86% de la grasa corporal que quemamos, la eliminamos por los pulmones en forma de carbono, hidrógeno y oxígeno.
Por lo tanto, no perdemos peso con el ejercicio, sino con la forma particular de respirar cuando hacemos ese ejercicio.
2. Hacer dieta es sano
Pasamos a desmontar el segundo mito sobre las dietas. Como ya hemos comentado en la introducción de este post, hacer dieta provoca alteraciones metabólicas y neuronales que conllevan sobrepeso en el futuro, entre otros problemas.
Sin mencionar las muchas dietas que causan daños en la salud a corto plazo debido a las carencias alimenticias de macronutrientes.
Por lo tanto, hacer dieta, no solo no es saludable, sino que además daña la salud.
Una vez aclarado esto, vamos ya con esas 5 claves sobre la pérdida de peso que, a las grandes industrias, no les interesa que sepas, y que explican por qué las dietas y el ejercicio no funcionan para perder peso.
3. La única forma de adelgazar es haciendo dieta y ejercicio
Nunca hay una “única” manera de hacer cualquier cosa y adelgazar no es una excepción.
Existen muchas maneras de hacer algo que queremos conseguir o lograr al igual que hay más maneras de perder peso. Por eso recomendamos tener la mente abierta para poder aprender nuevas formas distintas a las que nos han contado siempre y conocemos.
4. Comer a deshoras engorda
¡Todo lo contrario! Está demostrado que comer más veces al día hace que nuestro metabolismo esté más regulado y activo y nos mantengamos en nuestro peso ideal.
De hecho, esta manera de comer, sin horarios fijos, se parece mucho más a lo que hacíamos cuando éramos cazadores y recolectores, que comíamos cuando había comida. Lo que demuestra que nuestro metabolismo no necesita horarios fijos, sino que se adapta.
Lo más recomendable es hacer 6 comidas diarias y dejar al menos 12 horas de ayuno para tener la insulina bien regulada.
5. Los niños necesitan dulce.
Es cierto que la glucosa es importante para la vida y que los niños necesitan una cantidad mayor porque están creciendo y se están desarrollando. Pero en nuestra sociedad actual se ha confundido la glucosa con el azúcar.
Los alimentos hechos “para niños” contienen muchísima azúcar, se les premia con azúcar y esto hace que les hagamos adictos a esta sustancia desde muy pequeños y les normalizamos el hecho de comer estas grandes cantidades de azúcar.
7. Se necesita mucha fuerza de voluntad para hacer dieta y estar delgado
Creerse este mito puede crear problemas emocionales serios como anorexia, bulimia ansiedad y depresión.
En otra ocasión, en el post Las 5 claves sobre la pérdida de peso, contábamos cómo los últimos estudios sitúan al azúcar como la sustancia más adictiva después de la heroína.
Por lo tanto, no podemos pensar que es culpa nuestra porque no tenemos suficiente fuerza de voluntad, es que nos estamos intentando desenganchar de una sustancia mucho más adictiva de lo que pensamos a la que nos han hecho adictos desde muy pequeños.
Debido a este hecho, un tercio de la población mundial sufre diabetes y a pesar de esto, no se nos proporcionan las ayudas necesarias como se hace con otras sustancias igual de nocivas que el azúcar.
Lo que recomendamos para superar poco a poco esta adicción es esperar 5 minutos. Simplemente, cuando existan esas ganas irrefrenables de comer algo de azúcar, esperamos 5 minutos y respiramos. Si pasado este tiempo seguimos teniendo ganas, simplemente nos vamos a la cocina y cogemos una pequeña porción. Pero lo normal es que con esos 5 minutos de respiración logremos controlarlo y ya tengamos ganas de comer azúcar. Y para tomar estas pequeñas decisiones no se necesita fuerza de voluntad.
Otro truco es comer despacio, para darle tiempo a la hormona leptina de informar al cerebro de que ya estamos saciados, pues pasan 20 minutos desde que esto ocurre y nos llega esta señal. Si comemos despacio, conseguimos recibirla antes de que hayamos comido mucho más de lo que necesitamos.
Además, si lo que estamos comiendo es azúcar mezclada con grasa, como el helado o el chocolate, esa señal no llegará nunca.
8. El desayuno es la comida más importante del día
Hemos escuchado esto muchas veces, siempre se nos ha dicho que desayunemos fuerte, “desayunar como un rey”. Pues bien, si haces esto estás ralentizando tu metabolismo y haciendo que todo lo que comas se acumule en forma de grasa corporal y te decimos por qué.
El cortisol, que es una hormona que interviene en el metabolismo, tarda unas dos horas en activarse cuando nos levantamos por la mañana.
Si en ese momento, provocamos un pico de insulina debido a esos desayunos “contundentes” que nos han dicho que hagamos siempre de tostadas con mermelada, bollería, cereales e incluso bacon frito, vamos a provocar que estas dos hormonas entren en conflicto y como consecuencia el metabolismo se ralentiza.
Es por eso, que lo más recomendable es no hacer picos de insulina durante las dos primeras horas del día. Lo mejor es desayunar líquido acompañado de grasa “buena” (frutos secos, aguacate).
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