La verdadera efectividad de la dieta paleo para perder peso y sus efectos en nuestra salud

La dieta paleo o paleolítica es una de las dietas para perder peso más famosas en la actualidad. Si no sabes en qué consiste, a continuación en este post, encontrarás en qué se basa, sus pros y sus contras y qué parte sí y qué parte no, es buena para tu salud y tu peso.

Antes de entender las principales características y fundamentos de la dieta paleo, es importantes saber que su inspiración proviene de la dieta de nuestros antepasados cazadores-recolectores, que tenían una alta actividad física, por lo tanto un alto consumo de calorías y una alimentación basada en un alto aporte de proteínas de calidad y bajo contenido en hidratos.

¿Qué es la dieta paleo?

Este plan nutricional se basa en plantas silvestres y animales, que era lo que consumía el ser humano en el período Paleolítico (período que duró 2,5 millones de años y que terminó con el desarrollo de la agricultura hace unos 10 000 años).

Por tanto, el enfoque de esta dieta es utilizar alimentos como los que estaban disponibles antes de la Revolución Neolítica: carne, pescado, frutas, verduras, frutos secos y raíces. Queda excluido el grano, las legumbres, los productos lácteos, la sal, el azúcar refinada y los aceites procesados.  

Promovido por el gastroenterólogo Walter L. Voegtlin en los 70 y adaptada por muchos autores posteriormente, se basa en la premisa de que los humanos modernos están genéticamente adaptados a la dieta de los antepasados del Paleolítico. 

Lo que ocurre es que nuestro sistema digestivo no ha evolucionado prácticamente nada desde aquella época. La forma de nuestros dientes y de nuestro intestino, bastante largo, es prácticamente la misma que hace miles de años, cuando nuestra alimentación se basaba en frutas, verduras, raíces y semillas.

¿Qué quiere decir esto? Pues que nuestro cuerpo funciona mejor si nos alimentamos cómo se alimentaba el hombre en la era paleolítica.

Esta alimentación, como hemos dicho, se basaba en frutas y verduras que se encontraban en la naturaleza casi siempre crudas y sin añadirle nada más. 

Es decir, todo lo que venga envasado, con ingredientes añadidos, sobre todo el azúcar y la sal, no están en la forma en la que se encuentran y la naturaleza, por lo tanto, los vamos a metabolizar mal y se van a convertir en grasa corporal.

¿Por qué no es recomendable seguir la dieta paleolítica?

Precisamente por eso, porque es una dieta. Y cómo hemos mencionado varias veces en este blog, las dietas no funcionan y además son perjudiciales para nuestra salud.

El principal motivo por el cual no funcionan las dietas es porque las dietas implican sufrimiento y restricción y todo lo que implique eso, tarde o temprano se abandona. Nuestro cerebro no nos permite estar permanentemente atentos a restricciones y al sufrimiento.

De hecho, hay muchos estudios que demuestran que el 80% de las personas que hacen dieta, de cualquier tipo, recuperan lo que han perdido, incluso en muchos casos, se gana algún kilo extra. 

Esto ocurre debido a que al haber mantenido al cuerpo durante un tiempo con restricciones acabas comiendo más y con más ansiedad. Además, dichas restricciones hacen que se altere el metabolismo y que lo que comas después de la dieta te engorde más que antes de hacerla.

¿Qué parte puedes aplicar de forma saludable para perder peso?

Aclarado esto, vamos a analizar las cosas que sí se pueden aplicar de la dieta paleolítica porque son buenas para nuestro cuerpo y nos ayudan a activar nuestro metabolismo. Y recordemos que si tenemos un metabolismo que funciona correctamente, conseguiremos nuestro peso ideal.

Comer poco y muchas veces. Así es cómo se alimentaba el hombre hace miles de años y para eso está diseñado nuestro aparato digestivo. Realizar pequeñas ingestas varias veces al día, va a ayudar a nuestro organismo a digerir correctamente y vamos a evitar que se conviertan en depósitos de grasa.

Esto no quiere decir que tengamos que alimentarnos sólo de fruta y verdura cruda y de temporada. Como decíamos antes, las restricciones son enemigas de la pérdida de grasa. 

Pero sí que se puede evitar los alimentos elaborados, conservados y preparados para sustituirlos por la mayor cantidad posible de frutas, verduras, frutos secos y raíces cocinados de la forma más natural posible.

Por ejemplo, una ensalada con verduras, hortalizas, semillas y raíces crudas al día puede ser suficiente para aplicar este buen hábito y que nuestro sistema digestivo funcione correctamente.

Por lo tanto, tener estos conceptos claros nos va a ayudar a saber cómo comer correctamente y sobre todo, comer de una manera saludable que ayude a nuestro metabolismo a funcionar bien.

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