¿Se puede dejar de fumar sin ganar peso?
Lo primero que quiero aclarar es que es normal aumentar de peso cuando estamos dejando de fumar y ahora vamos a ver por qué ocurre esto. Dejar de fumar hace que se aumente entre 2,25 a 4 kg de peso corporal. Eso no significa que dejar sea malo, todo lo contrario, es una de las mejores decisiones que puedes tomar en tu vida. Todos conocemos los efectos nocivos que tiene el tabaco en nuestra salud. Solo en España, mueren cada año 55.000 personas por culpa directa de esta adicción. Otras tantas muertes se sabe que son provocadas indirectamente por el tabaco y hay una gran lista de problemas de salud que se sabe también que son causados por el tabaco pero no pueden contabilizarse el número de casos con exactitud.
Por lo tanto, si has decidido dejar de fumar, te animo a que sigas leyendo este post porque te voy a dar 3 formas de dejar de fumar sin tener que sufrir el único efecto negativo que tiene, engordar.
¿Por qué engordamos cuando dejamos de fumar?
Lo primero que tienes que tener claro es que no es culpa tuya si engordas cuando estás dejando de fumar. Es una efecto fisiológicamente normal.
Hay varios motivos por los que dejar de fumar engorda y vamos a ver detenidamente cada uno de ellos:
- La nitcotina actúa como un estimulante en el sistema nervioso y nos mantiene alerta. Esto hace que aumente nuestro metabolismo un poco más que el de personas que no fuman. Por este mismo motivo también aumenta nuestra temperatura. Se calcula que nuestra temperatura corporal aumenta un 6% de media. Este aumento o aceleración del metabolismo basal hace que quememos más calorías.
- Además, la nicotina aumenta la sensación de saciedad y placer en el cerebro. Fumando segregamos más hormonas conocidas como “hormonas de la felicidad”. Al tener mayor sensación de bienestar gracias a estas hormonas, comemos menos.
- El tabaco también crea alteraciones en el sistema digestivo aumentando los jugos gástricos y disminuyendo los movimientos del intestino. Este hecho hace que se aprovechen mejor los alimentos en nuestro organismo. También reduce la microbiota del intestino y las secreciones de la vesícula biliar.
- También cubre la boca y la nariz, lo que implica glándulas salivares, papilas gustativas, senos de la nariz, etc, con todas las sustancias químicas, sobre todo alquitrán, que contiene. Esto provoca una reducción notable de los sentidos del gusto y el olfato. Básicamente, hace que perdamos el gusto por la comida e interprete el alimento como simples unidades de energía. Con ello, además de comer menos, hacemos que no se aproveche bien toda la información que contienen los alimentos. Es bien sabido que la comida no son solo unidades de energía, es información, inteligencia, placeres que estimulan los sentidos y con ello el cerebro. Cuando se deja de fumar, el cuerpo se sorprende por toda la cantidad de información que le llega de repente y de la que se le había privado todo este tiempo. Eso inevitablemente hará que comamos más.
Por lo tanto, es muy normal coger peso cuando dejamos de fumar y ya hemos visto por qué. Saber la causa también nos ayuda en el proceso y nos ayuda también a aceptarlo. Pero no te preocupes, hay maneras de evitarlo.
¿Qué puedo hacer para no engordar cuando dejo de fumar?
Vamos a analizar 3 formas de dejar de fumar sin ganar peso.
- Vida saludable. Ya que has tomado una decisión saludable, puedes acompañarla con una serie de hábitos saludables también que quizá ya tenías. Hacer ejercicio por un lado te ayudará a mantenerte activo y entretenido. Esto ayudará a tu metabolismo y llevar mejor el cambio de hábitos. Evita el aburrimiento, pues es muy probable que te haga recaer. Comer sano, sobre todo dejando lo que no quieres comerte en el supermercado, te ayudará a no subir de peso. Prepárate para los antojos. Ten a mano snacks saludables como manzana o zanahoria cortada, tortitas de arroz o nueces sin salar. Si cuando tengas ese momento en el que te fumarías un cigarro o en su defecto media docena de berlinas, tener ese tipo de “picoteos” a mano te ayudará a pasar esos momentos y a no llegar a la comida con un hambre excesiva. También es muy importante, pues ayuda al equilibrio hormonal. Este equilibrio nos hará sentir menos hambre y a quemar mejor la energía de los alimentos.
- Con medicación. Han salido diversos fármacos para ayudar a dejar de fumar además de los que han existido siempre como son los parches de nicotina o los ansiolíticos. Una de las pastillas más novedosas es la vareniclina, la cual no contiene nicotina y reduce las ganas de fumar. Como sabéis, ni a mis alumnos de la escuela ni a mis pacientes, les recomendaría un medicamento así si puede conseguirse con otros métodos menos invasivos para nuestra salud. Tampoco lo voy a hacer por este canal. El motivo es que todo los medicamentos tienen efectos secundarios implícitos. Por otro lado, al reducir las ganas de fumar, también ayuda a no ganar peso pues tu cuerpo no tienen necesidad de suplir las ganas con comiendo.
- El reto de 8 semanas MAT que realizamos en nuestra escuela puede ser una buena solución porque compensa y acelera las hormonas del metabolismo, entre otras, las que intervienen en la sensación de saciedad y de apetito y ayuda a no comer más durante ese período. También porque el 95% del sistema se basa en técnicas de respiración. Teniendo en cuenta que el tabaco daña principalmente al sistema respiratorio, es una buena forma de recuperar tu cuerpo mucho más rápido de los efectos del tabaco.
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